Y sin darme cuenta, se situó detrás de mi para susurrarme al oído:
-Quédate conmigo para siempre - Dijo con voz aterciopelada y tentadora.
Sentí como el corazón se me aceleró.
-No hay nada que deseé más que eso. -Musité.
-Te quiero más que a nada en este mundo. -Añadió
Sin darme apenas cuenta se encontraba a pocos centímetros de mi rostro. Me besó en los labios.
Nadie más me hacía sentir esa sensación, era completamente felíz a su lado y sabía que aquello no iva a cesar jamás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario