Sí, se que hicimos una promesa, pero no puedo cargar yo con
el peso de los dos. Prometimos un para siempre, un para dentro de cien años y
para cien años más, y ¿qué nos pasó? Puede ser que tu concepto de siempre no
sea el mismo que el mío.
No recuerdo exactamente el motivo. Bueno, lo recuerdo, pero aún
sigo sin entenderlo. No hubo motivos para nada. Todo fue tan rápido que no tuve
tiempo para pensarlo. No nos merecimos esto.
Estuve mal intentando asimilarlo. Intentando asimilar que ya
no te tenía, que ya no eras mía. Intentando asimilar por qué el para siempre se
convirtió en un hasta nunca. Intentando asimilar que no somos nada. Intentando
asimilar como perder lo más valioso en tan solo unos segundos. Intentando
asimilar, que nada volvería a ser como antes.
Y sé que me mejoraré, que esta caída es tan sólo para
amortiguar el próximo golpe, pero las heridas, cuanto más se tocan, más tardan
en cicatrizar.
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ResponderEliminarMe encanta el blog!
Felicitaciones por cada publicacion!!
Es genial ser parte!
besos